La Resurrección
En el capítulo 2 del libro de los Hechos encontramos el primer discurso apostólico, por parte de Pedro, quien a cerca de Jesús dijo:
"entregado por el determinado designio y anticipado conocimiento de Dios, matasteis por mano de inicuos, crucificándolo; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte..." (Hechos 2:23-24)*
La palabra griega traducida como levantó es ἀνέστησεν y se trata de un Verbo en Tiempo Aoristo, Voz Activa y Modo Indicativo; esto nos habla de una acción bien precisa de Dios sobre el cuerpo muerto de Jesús. La misma palabra se usa donde leemos:
"A este Jesús lo ha resucitado Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos" (Hechos 2:32)*
Otra palabra griega usada para mencionar la resurrección de Jesús es ἤγειρεν (levantó) y también se trata de un Verbo en Tiempo Aoristo, Voz Activa y Modo Indicativo, por lo tanto también expresa una acción puntual de Dios sobre el cuerpo muerto de Jesús. Lo leemos en otro mensaje de Pedro:
"El Dios de Abraham, de Isaac y Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a su Siervo Jesús, a quien por cierto vosotros entregasteis y rechazasteis en presencia de Pilato, cuando éste había decidido soltarlo. Pero vosotros negasteis al Santo y Justo, y pedisteis que os fuera concedido un hombre homicida, y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios resucitó de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos" (Hechos 3:13-15)*
¡La muerte fue vencida! Y se cumplieron esas preciosas palabras que dice:
"¿Dónde está, oh muerte, tu victoria?..." (1 Corintios 15:55)*
Estimado lector, el pescador fue enfático al señalar la obra de Dios y también al declarar: ¡somos testigos!
No pretendo (ni puedo) convencerlo de esto, pero debo decirle que tomar estas cosas por cierto es creerle a Pedro, el pescador, pero también es creerle a Dios. El Señor Jesús, horas antes de ser crucificado, clamó en oración diciendo:
"no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos" (Juan 17:20)*
Los testigos de la resurrección de Jesús fueron muchos, no solo los apóstoles y unas pocas mujeres. Por la palabra de ellos, dicha o escrita, muchos hemos creído, y he aquí una promesa:
"Si con tu boca confiesas a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo" (Romanos 10:9)*
¿Ha creído esta buena nueva?
*Cita de la Biblia Textual 3° edición con autorización de la Sociedad Bíblica Iberoamericana.
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